Entrevista a Juan Bonilla

Esta semana hemos tenido la suerte de poder contar con el escritor Juan Bonilla en El lector espectador, aprovechando que presentaba en Sevilla su último libro.

Autor entre otras novelas de Nadie conoce a nadie (llevada al cine), Cansados de estar muertos o Prohibido entrar sin pantalones; ganó el premio Biblioteca Breve con Los príncipes nubios, novela que tenemos dedicada por el autor en nuestra biblioteca y que podéis leer.

Queremos agradecer la colaboración del Centro Andaluz de las Letras por facilitarnos la entrevista.

Una de las novelas que recomienda, El guardián entre el centeno, podéis encontrarla en la biblioteca. Contáis además con una reseña de la obra en esta web.

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Entrevista a Lola Dueñas y Najwa Nimri

Aprovechando su paso por el Festival de Cine Europeo de Sevilla Lola Dueñas y Najwa Nimri nos dedicaron unos minutos para hablarnos de su afición a la lectura y recomendarnos un libro. Con estas entrevistas inauguramos el proyecto de El Lector Espectador para este curso.

Queremos agradecer a la organización del Festival, especialmente a Miguel Ángel Parra, su colaboración a la hora de realizar las entrevistas, contribuyendo así a nuestra campaña de animación a la lectura.

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Visita a la Biblioteca Provincial «Infanta Elena»

Ayer martes el alumnado de 2º de ESO visitó la biblioteca  provincial «Infanta Elena» de Sevilla. La actividad se enmarca dentro del plan lector del departamento y tenía como objetivo la formación de nuestro alumnado como usuario de biblioteca. El alumnado disfrutó de las explicaciones y del recorrido por la biblioteca.

Visita a la biblioteca de Sevilla from IES Severo Ochoa Televisión on Vimeo.

[vimeo https://vimeo.com/78658148]

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Reseña de la obra teatral «¿Quién teme a Virginia Woolf?» por Sandra Cabeza, Diego Martínez y Enrique Mellado (2º Bto. B)

Este texto narra la historia de Martha y George que, estando casados y amándose, se tratan mal y se refugian en el alcohol para evadir sus problemas.

George es profesor de historia en la universidad donde el padre de Martha es director. Después de una noche de fiesta, Martha y George invitan a su casa a Nick y Honey, una pareja de recién casados para tomar unas copas después de haberlos conocido esa misma noche cuando salieron de fiesta. Todos compartían sus experiencias y se lo pasaban bien hasta que Martha le contó a Honey que tenía un hijo. Entonces, George agrede violentamente a su esposa, cegado por la ira y la desesperación.

Mientras Honey iba al excusado a vomitar a causa de la tensión, Nick separa a George de Martha. Es el momento que se da cuenta de lo que realmente les está pasando, pero no les dice nada.

En plena discusión, George le cuenta a su esposa algo que ella no sabía: que su hijo había muerto. El drama se precipita así hasta un sorprendente final.

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El pasado sábado 26 de octubre tuve la oportunidad de disfrutar del teatro, más concretamente de la obra «¿Quién teme a Virginia Woolf?» por la compañía Focus, cuyo autor es Edward Albee y estuvo dirigida por Daniel Veronese. Los intérpretes fueron Carmen Machi (como Martha), Pere Arquillué (como George), Mireia Aixalá (como Honey) y por último Ernest Villegas (como Nick). El espacio sonoro de Damien Bazin es intrigante y correcto, perfecto para una obra dramática como la citada. La escenografía pertenece a Sebastiá Brosa y la iluminación corre a cargo de Txema Orriols.

Se trata de una obra compleja, donde se observan valores, mentiras y sentimientos propios de la sociedad actual. Personalmente he disfrutado cual niño chico ante esta maravilla teatral y más tras compararla con su versión cinematográfica (de una gran calidad, evidentemente), ya que en su versión teatral la historia y el problema planteado se siente cercano gracias a la labor de un grupo de intérpretes magistral, destacando la actuación de Carmen Machi. Disfruté anonadado de la obra mientras cada diálogo, cada movimiento y cada sonido me cautivaba aún mas hasta llegar a una concentración y unión con el teatro preciosa y emocionante.

Graceling de Kristin Cashore por Irene García Contreras (4º A)

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En los siete reinos hay personas con poderes extraordinarios conocidos como gracias. Katsa es la sobrina del rey de Terramedia y tiene la gracia de matar. Esto la convierte en el arma más potente del rey.

Katsa cumple cada una de sus órdenes sin rechistar, por crueles que sean, hasta que un día crea el Gran Consejo. Este consiste en un grupo secreto de personas que intentan arreglar las crueldades que comenten los reyes y salvar a personas inocentes. En Gran Consejo se irá expandiendo por todos los reinos y consiguiendo aliados.

Un día, Katsa, Oll y Giddon parten para rescatar al príncipe Tealiff, un hombre lenita bastante mayor.

Y cuando descubran quien es la malévola persona que secuestró a un hombre aparentemente indefenso y para nada peligroso, las cosas empezaran a cambiar.

Esta novela me gusta mucho porque es una historia muy imaginativa e interesante. Y poco a poco, te va sorprendiendo con la verdad de la historia que ni imaginabas.

#50sinCernuda

Mañana se cumplirán 50 años de la muerte en Mexico del poeta sevillano Luis Cernuda, uno de los escritores de mayor calidad de la lírica española. Desde El lector espectador nos hemos querido sumar al recuerdo recuperando una iniciativa que ya pusimos en marcha con éxito el curso pasado: queremos que sus versos circulen por Twitter. Nos parece una buena iniciativa para aunar poesía y nuevas tecnologías.

Los alumnos de 2º de Bachillerato de nuestro centro han creado el hashtag #50sinCernuda, con el que inundarán la red social con sus versos. Así que animáos: leedlo y retuitear.

Unknown

 

A sus paisanos

 

No me queréis, lo sé, y que os molesta
Cuanto escribo. ¿Os molesta? Os ofende.
¿Culpa mía tal vez o es de vosotros?
Porque no es la persona y su leyenda
Lo que ahí, allegados a mí, atrás os vuelve.
Mozo, bien mozo era, cuando no había brotado
Leyenda alguna, caísteis sobre un libro
Primerizo lo mismo que su autor: yo, mi primer libro.
Algo os ofende, porque sí, en el hombre y su tarea.

¿Mi leyenda dije? Tristes cuentos
Inventados de mí por cuatro amigos
(¿Amigos?), que jamás quisisteis
Ni ocasión buscasteis de ver si acomodaban
A la persona misma así traspuesta.
Mas vuestra mala fe los ha aceptado.
Hecha está la leyenda, y vosotros, de mí desconocidos,
Respecto al ser que encubre mintiendo doblemente,
Sin otro escrúpulo, a vuestra vez la propaláis.

Contra vosotros y esa vuestra ignorancia voluntaria,
Vivo aún, sé y puedo, si así quiero, defenderme.
Pero aguardáis al día cuando ya no me encuentre
Aquí. Y entonces la ignorancia,
La indiferencia y el olvido, vuestras armas
De siempre, sobre mí caerán, como la piedra,
Cubriéndome por fin, lo mismo que cubristeis
A otros que, superiores a mí, esa ignorancia vuestra
Precipitó en la nada, como al gran Aldana.

De ahí mi paradoja, por lo demás involuntaria,
Pues la imponéis vosotros: en nuestra lengua escribo,
Criado estuve en ella y, por eso, es la mía,
A mi pesar quizá, bien fatalmente. Pero con mis
expresas excepciones,
A vuestros escritores de hoy ya no los leo.
De ahí la paradoja: soy, sin tierra y sin gente,
Escritor bien extraño; sujeto quedo aún más que otros
Al viento del olvido que, cuando sopla, mata.

Si vuestra lengua es la materia
Que empleé en mi escribir y, si por eso,
Habréis de ser vosotros los testigos
De mi existencia y su trabajo,
En hora mala fuera vuestra lengua
La mía, la que hablo, la que escribo.
Así podréis, con tiempo, como venís haciendo,
A mi persona y mi trabajo echar afuera
De la memoria, en vuestro corazón y vuestra mente.

Grande es mi vanidad, diréis,
Creyendo a mi trabajo digno de la atención ajena
Y acusándoos de no querer la vuestra darle.
Ahí tendréis razón. Mas el trabajo humano
Con amor hecho, merece la atención de los otros,
Y poetas de ahí tácitos lo dicen
Enviando sus versos a través del tiempo y la distancia
Hasta mí, atención demandando.
¿Quise de mí dejar memoria? Perdón por ello pido.

Mas no todos igual trato me dais,
Que amigos tengo aún entre vosotros,
Doblemente queridos por esa desusada
Simpatía y atención entre la indiferencia,
Y gracias quiero darles ahora, cuando amargo
Me vuelvo y os acuso. Grande el número
No es, mas basta para sentirse acompañado
A la distancia en el camino. A ellos
Vaya así mi afecto agradecido.

Acaso encuentre aquí reproche nuevo:
Que ya no hablo con aquella ternura
Confiada, apacible de otros días.
Es verdad, y os lo debo, tanto como
A la edad, al tiempo, a la experiencia.
A vosotros y a ellos debo el cambio. Si queréis
Que ame todavía, devolvedme
Al tiempo del amor. ¿Os es posible?
Imposible como aplacar ese fantasma que de mí
evocasteis.

(Desolación de la Quimera)