Este texto narra la historia de Martha y George que, estando casados y amándose, se tratan mal y se refugian en el alcohol para evadir sus problemas.
George es profesor de historia en la universidad donde el padre de Martha es director. Después de una noche de fiesta, Martha y George invitan a su casa a Nick y Honey, una pareja de recién casados para tomar unas copas después de haberlos conocido esa misma noche cuando salieron de fiesta. Todos compartían sus experiencias y se lo pasaban bien hasta que Martha le contó a Honey que tenía un hijo. Entonces, George agrede violentamente a su esposa, cegado por la ira y la desesperación.
Mientras Honey iba al excusado a vomitar a causa de la tensión, Nick separa a George de Martha. Es el momento que se da cuenta de lo que realmente les está pasando, pero no les dice nada.
En plena discusión, George le cuenta a su esposa algo que ella no sabía: que su hijo había muerto. El drama se precipita así hasta un sorprendente final.
El pasado sábado 26 de octubre tuve la oportunidad de disfrutar del teatro, más concretamente de la obra «¿Quién teme a Virginia Woolf?» por la compañía Focus, cuyo autor es Edward Albee y estuvo dirigida por Daniel Veronese. Los intérpretes fueron Carmen Machi (como Martha), Pere Arquillué (como George), Mireia Aixalá (como Honey) y por último Ernest Villegas (como Nick). El espacio sonoro de Damien Bazin es intrigante y correcto, perfecto para una obra dramática como la citada. La escenografía pertenece a Sebastiá Brosa y la iluminación corre a cargo de Txema Orriols.
Se trata de una obra compleja, donde se observan valores, mentiras y sentimientos propios de la sociedad actual. Personalmente he disfrutado cual niño chico ante esta maravilla teatral y más tras compararla con su versión cinematográfica (de una gran calidad, evidentemente), ya que en su versión teatral la historia y el problema planteado se siente cercano gracias a la labor de un grupo de intérpretes magistral, destacando la actuación de Carmen Machi. Disfruté anonadado de la obra mientras cada diálogo, cada movimiento y cada sonido me cautivaba aún mas hasta llegar a una concentración y unión con el teatro preciosa y emocionante.