El día que se perdió la cordura, de Javier Castillo, habla de seis personas que son malas personas, no han hecho nada intencionadamente, pero siguen estando ahí, en una casa en la que van a pasar 3 meses al mando de una persona para cumplir con los servicios sociales a los que han sido condenados. A esa casa llegaron todos con miedos, con problemas y con sus locuras, pero a lo largo de las páginas irás descubriendo cosas que no te esperabas, ya que hay dos giros que yo desde luego no me esperaba para nada… Y a pesar de que el final es muy predecible es posiblemente lo que tú en tu mente pensabas que iba a pasar.
No contiene mucha acción o demasiados giros en la trama, pero creo que precisamente eso es lo que la hace especial, para empezar porque consigue que el lector no se aburra, y porque todo esto es lo que la hace que parezca una historia real, no ciencia ficción y a mi eso me ha encantado porque porque ha conseguido meterme de lleno en la historia.
Es una novela tranquila y lineal pero que para nada aburre, con ella pasarás por diversos sentimientos.
Le recomendaría este libro a todos mis compañeros o incluso familiares porque tiene varias lecciones de vida es divertida y bastante entretenida.
Por Macarena Márquez Sánchez, 3º ESO-C