Cristina Almazán escribió el monólogo musical La Baret. Canciones de taberna y relatos de ultramar con Borja de Diego para la Feria del Libro de Sevilla de hace unos años. La idea era celebrar un hito histórico como es la vuelta al mundo de Magallanes. En esa búsqueda Cristina Almazán hurgaba buscando un personaje femenino que destacase mínimamente dentro de esas grandes empresas de antiguos navegantes que han pasado a la historia. Todos eran hombres. Tuvo que remontarse dos siglos atrás para encontrar el primer nombre femenino conocido: Jeanne Baret, conocida como la primera mujer que dio la vuelta al mundo con la expedición de Bougainville en 1766 a 1769.
Jeanne Baret se unió a la expedición disfrazada de hombre, haciéndose llamar Jean Baret. Se enroló en esta aventura como ayudante del naturalista Philibert Commerson. Según el relato de Bougainville, Jeanne Baret, aunque de orígenes muy humildes, era una mujer sedienta de conocimiento y entregada a la ciencia. Fue así como se enamoró de Commerson, a quien le pidió encarecidamente que la llevase con él disfrazada de hombre en la expedición francesa que habría de dar la vuelta al mundo. Con él comenzó a apasionarse por el conservacionismo y catalogación de hierbas y plantas hasta convertirse en una experta botánica.
Poco se sabe de la infancia o la juventud de Jeanne Baret, elemento que hace más interesante aún la interpretación de Cristina Almazán sobre el escenario y el retrato que nos ofrece. La actriz sostiene durante más de una hora un personaje a través del que recorre entre relato y canciones la vuelta al mundo de dos navegantes que han pasado a la historia y nos sitúa frente a otro personaje, la Baret, que no ha sido tan bien tratada por la historia (como los hombres) pero que ella se encarga de dibujarla a la misma altura que esos ilustres navegantes.
La acción arranca en una taberna de Port Luis, capital de Islas Mauricio, a finales del siglo XVIII. A través de canciones de taberna, como una genial contadora de historias en una taberna, la Baret nos plantea reflexiones sobre las pesadas máscaras que conlleva la masculinidad, la injusticia del trato de la historia que solo referencia el nombre de los poderosos y especialmente la tenacidad y pasión de una mujer por sobrevivir en una época en la que sus intereses y su pasión entraban en conflicto con las pesadas máscaras de la masculinidad más canónica.