Franz Kafka publicó en 1915 La metamorfosis, una obra con cierto eco biográfico y que inaugura la literatura del absurdo. Una mañana Gregorio Samsa se levanta con gran malestar y descubre que se ha convertido en un insecto gigante. Bajo esta premisa que raya lo fantástico Kafka abre una puerta a la realidad de principios de siglo XX, un momento en el que las certezas del XIX han dejado paso a la duda, la gran duda de la falta de una verdad fija sobre la que construir un nuevo pensamiento.
La transformación que vive el protagonista le afecta a él, a su trabajo y a su familia. Siendo el sustento familiar, pronto descubrimos cómo del amor y compasión dan paso a la vergüenza, a la frustración y a la marginación.
Gregorio sigue siendo él mismo, pero atrapado en un cuerpo equivocado, el de un insecto monstruoso. Esa visión del monstruo y del marginado es la que Kafka convoca en esta novela y consigue retratar perfectamente los miedos más irracionales y cómo reaccionamos las personas sin la menor empatía ante cualquier tipo de transformación.
Esa reacción es más virulenta si cabe cuando las circunstancias bajo la que vivimos se ven amenazadas, si nuestro modo de vida se ve amenazado por alguien que interfiere en ella o necesita de nosotros y, en consecuencia, de que modifiquemos nuestra manera de comportarnos y relacionarnos con el mundo.
En 2012 Xavier Dolan escribía y dirigía Lawrence Anyways, una película que habla de una transformación más real y contemporánea, la transexualidad, y que igual que la de Kafka también provoca rechazo y marginación en la sociedad actual, así como grandes sacudidas en el seno de las relaciones sociales del individuo que la experimenta.